jueves, 14 de agosto de 2014

LA PAZ EN COLOMBIA


 LA PAZ EN COLOMBIA

 1.- La paz no es nada fácil, ni a nivel individual, ni a nivel comunitario, familiar, social, nacional o internacional. Siempre se ha dicho que “la paz es una lucha diaria”, (no a base de armas), sino como premisa imprescindible para mejorar la calidad de vida de todas las personas, de todas las personas con las que conviven. Todo lo que atenta contra la convivencia, contra los derechos humanos de cualquier persona, sea de la edad que sea, de una u otra nación, o raza, atentará siempre contra la paz.
Recuerden que el slogan de “Manos Unidas” de hace pocos años “SI QUIERES LA PAZ, DEFIENDE LA JUSTICIA”. Pensemos en la reciprocidad que existe entre los derechos humanos y la paz . Todo lo que vulnere los derechos humanos, es un atentado contra la paz.
2.- La paz no se puede hacer en solitario, es una labor que existe colaboración por parte de todos. Para afrontar situaciones cambiantes, será necesario encontrar soluciones que no sean de violencia.
3.- La paz no es algo que surge de la nada, o crece espontáneamente en el campo como las
setas, sino que se construye día a día y a veces, cuesta lágrimas y, en muchas ocasiones será necesario “morderse por dentro” y esperar a otro momento más oportuno. Y esto habrá que decírselo a los alumnos, una y otra vez, porque también es labor de ellos: en su familia, en su pandilla, en su grupo, equipo o clase, en su barrio….La paz es un proceso que requiere el esfuerzo de todos para trabajar por un mundo más fraterno y un mundo más solidario.
4.- Porque la paz es absolutamente necesaria para que las personas puedan ser felices, es imprescindible saber que la paz hay que cuidarla, mantenerla y cultivarla, y por lo tanto, todos tienen que tener muy claro que la paz nunca estará definitivamente terminada….. ¡¡Vulnerabilidad de la paz!! Es hoy uno de los bienes más amenazados.
5.- Pensar en la paz exige una actitud crítica ante la propia agresividad, ante la violencia de la sociedad, ante las respuestas insuficientes, o dobles intenciones, ante el deseo de venganza,  o miles de perversos intereses.


DIFICULTADES O RIESGOS

No hay política de paz de Estado que busque la mayor convergencia posible para desatar la voluntad nacional de paz, sí hay una intención en el alto gobierno, real y sería sin duda pero no unánime, en cambio están muy activos los enemigos implacables de la paz, mientras el conjunto diverso de sociedad civil y política que apoya la paz apenas comienza a cohesionarse y movilizarse como ocurrirá en abril con la Marcha del 9, el Congreso Nacional del 19-21, el Foro Político al final del mes para cumplir con el pedido de la Mesa de La Habana.
No se sabe si el gobierno siente la necesidad y posibilidad de un amplio Acuerdo Nacional por la Paz, ni si convocará el Consejo Nacional de Paz para apuntalar este propósito. Si hay dificultades también hay facilidades y una de ellas, no pequeña, es que esta vez las FARC-EP realmente quieren la paz.

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